Emanuel Carter es un destacado académico y Director del Programa de Posgrado en Arquitectura del Paisaje de la Universidad Estatal de Nueva York (SUNY) de la Facultad de Ciencias Ambientales y Forestales. Ha trabajado en diversos proyectos en Estados Unidos y en Europa. Su especialidad: la ecología urbana. Estuvo durante tres semanas en Chile como parte del cuerpo docente de l curso Ecología del Paisaje Urbano y Regional dictado por la Facultad de Ciencias Forestales y Conservación de la Naturaleza.
¿Según tu opinión y experiencia, generar una infraestructura urbana verde, es decir ciudades con zonas de vegetación planificadas resuelve el problema de la contaminación en Santiago?
Es parte de la solución, es una parte importante pero no es suficiente. Si la ciudad inicia un programa de plantación de la cantidad necesaria de arboles para reducir la contaminación del aire sería excelente, pero me parece que otra tarea es cambiar el sistema de transporte público que genera bastante contaminación. Por otra parte, la ciudad necesita programas para reducir el efecto isla calor del perímetro urbano y también rehabilitar las cuencas, los suelos y por supuesto la calidad del aire. Debe haber una respuesta al problema de la contaminación más completa e integral.
En Santiago se cambió el sistema de transporte público, ¿fue una buena medida en este sentido?
Es mucho mejor que los buses que existían antes, en términos de contaminación. Pero de todas formas se debe optar por un transporte público de excelencia para que muchas más personas lo utilicen y dejen de usar los automóviles. En algunas ciudades del mundo los empleadores pagan a sus trabajadores el costo del transporte público, como incentivo para no usar el auto.
¿Cuál crees tú que son los pasos a seguir para lograr tener la ciudad de Santiago más amable en términos de calidad de vida?
Según mi opinión, la primera tarea es destinar dos o tres años a estudiar algunas metodologías y algunos resultados de ciudades grandes, como Londres, Nueva York, Tokio, Ciudad México, aspectos de Bogotá y Medellín. Hay ciudades con problemas similares y pienso que la Región Metropolitana requiere de un equipo de profesionales con capacidad de estudiar estos ejemplos. Hay mucha información que nos puede servir para implementar políticas públicas. El problema de la contaminación, no es un problema nuevo, hay ciudades bastante grandes que han logrado implementar soluciones con poca inversión. Sin embargo si no invertimos hoy en 20 ó 30 años será peor. Lo que sí, es imposible mejorar la calidad de vida de la ciudad sin hacer nada.
Visitas Chile desde el año 2002, ¿en estos 10 años percibes una mejoría de la calidad de vida de la ciudad o ha ido empeorando?
En 10 años es difícil evaluar, sin embargo lo que puedo constatar es que la Universidad de Chile y la Facultad de Ingeniería Forestal y de la Conservación de la Naturaleza, tienen interés de avanzar en la idea de usar sistemas naturales para mejorar la calidad de los ecosistemas y también la calidad de vida de la ciudadanía. También quiero destacar al Ministerio de Vivienda y Urbanismo que tiene interés de iniciar un proyecto que incorpora el uso de la vegetación urbana y la infraestructura verde en las viviendas sociales. En este marco, pronto se realizará un Seminario con CONAF que incluye la revisión de casos de Brasil, Colombia, Francia España, Estados Unidos y tal vez Argentina.
¿Qué nos falta para poder implementar políticas públicas para la ciudad de Santiago?
Es de suma importancia contar con profesionales preparados en esta materia, porque cuando existe el conocimiento, las herramientas y la experticia es posible hacer mucho. Uno de los problemas acá en Chile, es que falta un grupo de profesionales que pueda integrar asuntos de ciencias naturales en el contexto de la ciudad. En Estados Unidos existen muchos profesionales con estas características, porque existe la carrera de Arquitectura del Paisaje que en Chile no existe. Aquí hay programas pero no hay una carrera. En Estados Unidos hubo un gran cambio de énfasis en la carrera de Ingeniería Forestal y Civil. Tengo amigos y colegas que son ingenieros ecológicos, ellos trabajan en el diseño de asentamientos humanos integrando las ciencias naturales.
Por ejemplo en Nueva York hay un programa que incluye mejorar su función ecológica en términos de limpiar las cuencas, limpiar el suelo y el aire e incluye un proceso de plantar un millón de arboles en la ciudad, tanto en los parques como también en las calles, en este momento se han plantado 600.000 arboles y espero que en 5 ó 6 años tendremos un millón de arboles nuevos. En este programa trabajan diversos profesionales. Como equipo multidisciplinario.
¿Cuáles son los beneficios de contar con profesionales con este perfil?
Hay estudios que demuestran que contar con este tipo de profesionales reduce a la mitad los costos en lo que implica el gasto por combatir la contaminación. Hay un estudio de la ciudad de Chicago que demostró el costo y beneficio de la contratación de un ingeniero forestal con este perfil. La ciudad de Nueva York tiene estadísticas que confirman el resultado respecto de cómo la labor de un ingeniero forestal impacta sobre diversos temas, por ejemplo hay menos problemas de salud pública. Una población enferma es una población que gasta mucho dinero, no puede trabajar, requiere más atención. Los beneficios son de largo plazo pero también inmediatos.
Pienso que aquí en Chile estamos en las primeras etapas. Hasta el momento se acepta la idea que contar con políticas ambientales y profesionales aptos para implementarla, tiene muchas ventajas para la salud pública y en términos de ofrecer un ecosistema apropiado para la vida de la población y de la naturaleza, pero aún no hay una conexión adecuada entre urbanismo como disciplina y el conocimiento sobre conservación de la naturaleza y del ecosistema local y regional.
¿Qué podemos hacer en la Ciudad de Santiago?
Hay muchos ejemplos de buenas prácticas. Hay que tener claro que es un peligro empezar programas sin fijar bien los objetivos, los métodos y procesos necesarios; es mejor estudiar dos o tres años antes de hacer algo. Se requiere de profesionales capacitados, voluntad política de las autoridades y en 20 años se podrían mejorar los servicios ambientales que proporciona el incremento de la infraestructura verde, a través de un plan de largo plazo a nivel de la ciudad.