En el reciente IX Congreso Chileno de Ciencias Forestales, desarrollado en la Universidad Austral de Valdivia, el investigador y ingeniero forestal Nodora Loyola presentó una interesante propuesta para mejorar el manejo de los bosques secundarios de lenga (Nothofagus pumilio) en la región de Magallanes y la Antártica Chilena.
En su ponencia, Loyola expuso los resultados de una investigación que evaluó el efecto de una nueva modalidad de raleo selectivo, denominada "raleo de árboles futuros", en el crecimiento y desarrollo de estos bosques. Esta técnica, a diferencia de los métodos tradicionales, se enfoca en seleccionar y eliminar ciertos árboles con el objetivo de favorecer el crecimiento de los ejemplares más prometedores.
"Lo que queríamos es saber cómo reaccionan los rodales en cuanto al crecimiento, mortalidad y el incremento que corresponde al aumento que tiene de un año a otro", explicó Loyola. Los resultados de su estudio mostraron que esta técnica de raleo selectivo presenta ventajas significativas en comparación con otros métodos, como un mayor incremento en el diámetro de los árboles y una mejor adaptación a los disturbios naturales como las caídas de viento.
"Las principales conclusiones de esto es que el rango de selección de árboles futuros en los bosques de Lenga va desde 200 a 400 árboles. No debería pasarse porque los disturbios naturales por caídas de viento perjudican mucho el desarrollo del rodal futuro", señaló el investigador.
Loyola destacó que esta nueva técnica de manejo forestal ofrece una alternativa viable para los bosques secundarios de lenga, que suelen ser menos valorados que los bosques adultos. "Manejar el bosque secundario es manejar el bosque del futuro", afirmó el investigador.
Sin embargo, Loyola reconoce que la aplicación de esta técnica en otras regiones del país podría presentar desafíos. "Lenga en el centro se distribuye en condiciones dependientes y en bosques de preservación, entonces es difícil tener un manejo productivo", explicó. No obstante, considera que en regiones como Aysén y Magallanes, donde se concentra la mayor parte de los bosques de lenga, esta técnica podría implementarse de manera exitosa.