La investigación titulada "Análisis de la resistencia a la cavitación y rasgos morfológicos de Laurelia sempervirens en un gradiente altitudinal en la Región del Maule", desarrollada por la ingeniera forestal Katerin Rojas, aborda un tema crucial: la vulnerabilidad del laurel, árbol emblemático de los bosques de Chile, frente al cambio climático y las crecientes olas de calor y sequías prolongadas en la zona central del país.
Los resultados del estudio revelan que el laurel, una especie endémica de Chile, presenta una alta vulnerabilidad a la pérdida de conductividad hidráulica por cavitación. Esto significa que su capacidad para transportar agua dentro de sus tejidos se ve gravemente afectada bajo condiciones de sequía extrema. Los valores de pérdida de conductividad obtenidos fueron de -0,55, -1,32 y -2,37 MPa, correspondientes al 12%, 50% y 88% de pérdida, respectivamente. A pesar de las diferencias en las condiciones climáticas entre las dos zonas estudiadas —la Reserva Nacional Altos de Lircay, en la cordillera, y la Reserva Nacional Los Queules, en la costa— no se encontraron variaciones significativas en la resistencia a la cavitación entre ambas procedencias.
El análisis incluyó la medición de rasgos hidráulicos y morfológicos en individuos de la especie provenientes de las dos reservas mencionadas, con diferencias significativas en el clima, particularmente en precipitaciones y temperaturas. Asimismo, se analizaron variables como la longitud promedio de los vasos, que resultaron ser mayores en Altos de Lircay (15,31 cm) en comparación con Los Queules (11,21 cm). Sin embargo, estos rasgos morfológicos no demostraron una relación directa con la resistencia a la cavitación, lo que subraya la complejidad de los factores involucrados en la respuesta del laurel a las condiciones climáticas adversas.
Conservación en el contexto del cambio climático
Los hallazgos de la investigación sugieren que el laurel tiene baja plasticidad en cuanto a su resistencia a la cavitación, lo que lo convierte en una especie particularmente vulnerable a los efectos del cambio climático, como el aumento de las sequías. Esto, sumado a sus diferencias morfológicas regionales, pone de manifiesto la necesidad de implementar estrategias de conservación específicas que permitan mitigar los riesgos asociados a la transformación ambiental acelerada.
“Este estudio aporta una visión relevante para la evaluación de las vulnerabilidades de las especies nativas frente a condiciones climáticas extremas”, señala Rojas en su estudio, destacando la importancia de identificar áreas críticas para orientar los esfuerzos de restauración y conservación. Este tipo de investigaciones resulta clave para preservar los ecosistemas forestales del país y para desarrollar acciones efectivas que protejan el patrimonio natural chileno en un escenario de cambio global.
En un contexto de crisis hídrica y cambio climático, este trabajo es un llamado a priorizar políticas públicas y estrategias basadas en evidencia científica para asegurar la sostenibilidad de los bosques nativos.