"Spreading like wildfire: The rising threat of extraordinary landscape fires" es el título del informe de Naciones Unidas sobre incendios en el mundo, trabajo que contó con la participación del profesor Miguel Castillo, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile. El documento fue presentado en el marco de la V Asamblea para el Medio Ambiente de la ONU que se realiza en Nairobi (Kenia), instancia que además acaba de decidir iniciar la negociación de un tratado global que permita poner fin a la contaminación por plásticos con un acuerdo vinculante para los Estados firmantes.
Entre las conclusiones que presenta el informe internacional elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se establece que para fines de siglo los incendios forestales aumentarán al menos en un 50 por ciento a nivel global, pudiendo afectar de manera importante el ciclo mundial del carbono al liberar CO2 actualmente retenido en distintos ecosistemas.
Al respecto, el profesor Castillo explicó que la investigación fue realizada por un grupo de investigadores que trabaja en distintas áreas del conocimiento relacionadas con el manejo del fuego, y que incluyó a académicos/as de países como Australia, Estados Unidos, Noruega y Chile, entre otros. "El informe comprende cinco capítulos que abarcan temas como los daños y efectos de los incendios forestales, tanto en el paisaje como en la sociedad, el fuego y su relación con el cambio climático, y cómo las naciones hacen frente a los incendios, la fragmentación del territorio y los efectos locales en todos los países", señaló.
El académico explicó que el análisis presentado en los distintos capítulos del informe indica que el problema relativo a los incendios forestales ha aumentado a nivel global, pero que esa realidad no es homogénea en todos los países. "Esto no necesariamente responde a la realidad chilena, por ejemplo. En algunos países se presume un mayor aumento en el número y extensión de las políticas públicas en la materia, sobre todo en la prevención, porque el combate del fuego por sí mismo es insuficiente si no va respaldado por leyes modernas que resguarden la seguridad pública y los recursos naturales", remarcó.
La situación chilena
En este sentido, de acuerdo al profesor Castillo, países tradicionalmente silvoagropecuarios, que abastecen de alimentos y materias primas a otras naciones, han tenido un aumento fuerte en incendios debido a la tala de bosques y su reemplazo por producción agrícola o pastoreo, mientras que en Chile se ha avanzado de manera potente en la institucionalidad forestal y en la modernización y entrega de mayores recursos a las campañas de prevención y combate, aunque hay debilidad en términos de la reglamentación y legislación forestal.
"Debemos pone mucho foco en la nueva ley de incendios forestales, que lleva muchos años en el Senado. También hay que poner atención en la participación de las comunidades locales, y en una buena gestión de los paisajes vegetal, silvestre y urbano, porque hay incendios que están llegando a zonas habitadas", destacó el académico.
En términos concretos, el académico aseguró que si bien en nuestro país no hay un aumento sostenido en el número de incendios, manteniéndose en cifras cercanas a un seis o siete por ciento en los últimos 15 años, sí ha aumentado la superficie afectada, lo que representa un importante desafío.
"Mucho tiene que ver con los planes locales preventivos. El mayor trabajo se lo llevan las autoridades locales, porque cada comuna tiene un territorio a proteger. Pero en mi opinión el programa tiene que ser colectivo, desde la coprotección, porque no saca nada una comunidad en proteger su territorio si no trabaja con el vecino", enfatizó Castillo.
Consultado sobre los factores que deben tenerse en cuenta a la hora de mejorar la prevención, el profesor de la Universidad de Chile destacó que algo que sí ha aumentado en el país es la intencionalidad de los siniestros. Por esta razón, junto a la educación, se debe buscar un aumento en el peritaje forestal para poder llegar a una cobertura de al menos un 30 o 40 por ciento de los incendios, de manera de tener elementos que permitan de mejor manera comprender lo que está sucediendo.