El 12 de noviembre pasado, la académica Matilde López participó de la “Jornada de Patrimonio Cultural en Calasparra”, en las salinas de interior de la Ramona, en la región de Murcia, España. La actividad tuvo la finalidad de dar a conocer el patrimonio salinero, así como generar intercambio y colaboración en futuras investigaciones.
La invitación surgió hace seis años, cuando la académica presentó su tesis doctoral, “Procesos ecológicos y económicos de la cuenca transfronteriza del río Lauca (18º-19º Lat. Sur) Chile-Bolivia”, en Castilla La Mancha. En la ocasión conoció a salineros que procuran mantener el patrimonio a partir de fondos públicos y privados; y quienes organizan las jornadas que se realizan cada dos años.
En esta oportunidad, durante la visita, los asistentes pudieron conocer los humedales salinos, que en su origen fueron suelo de océano. La alta tasa de evaporación sobre la precipitación (al menos durante los meses de verano), es capaz de generar procesos de ascensión y acumulación de sales desde las capas más profundas del suelo hacia la superficie, lo que hace que aparezca un tipo de hábitat, prioritario para la Unión Europea por la singularidad de su biodiversidad, conocido como “Estepas salinas mediterráneas, hábitat prioritario 1510”.
Según explica la dra. López, lo interesante de la propuesta que se ejecuta en las salinas de la Ramona, por parte del sector público y la academia, se basa en la preservación del patrimonio natural a partir de una puesta en valor del patrimonio cultural. Este ejemplo, podría ser replicado en Chile, de manera de “restaurar el patrimonio diezmado por las grandes mineras”, indicó la académica.
Es la protección y mantención, a partir del patrimonio, lo que marca la diferencia con Chile. A nivel local, “como Comité Nacional de Humedales hay una visión para restauración de humedales que es muy restringido, porque son los que CONAF mantiene y a su vez, CONAF los mantiene, porque están resguardados por RAMSAR”, señala López.
A partir de la experiencia conocida en España, la académica tiene la idea de ejecutar líneas investigativas paralelas que generen proyectos que puedan beneficiar a los habitantes locales.
“Tengo la idea de trabajar con los chicos que están haciendo la memoria conmigo en Torca y mirar hacia las salinas que están al lado, que son mucho más primitivas que las de Cahuil, por ejemplo. Se necesita transferencia tecnológica, para que esa gente no se quede restringida solamente a que viene el mar, cae en sus piletas primitivas, se evapora, ellos ensacan la sal y la venden en saquitos”.
Tras el encuentro, además, se generaron contactos para la presentación de proyectos de investigación en conjunto, que puedan ser financiados tanto desde el ámbito público como privado.
El grupo participante de la Jornada, en terreno.