Egresada de la Facultad hoy trabaja en la Municipalidad de Melbourne, Australia

El área forestal urbana está tomando fuerza en todos los continentes

El área forestal urbana está tomando fuerza en todos los continentes

Cynamon Dobbs Brown se tituló el año 2005 de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, de la Universidad de Chile. Luego de algunos años de trabajo estudió un Master en la Universidad de Florida, becada por la misma Universidad con el Dr.  Francisco Escobedo. Si bien empezó trabajando suelos urbanos, a poco andar se transformó en estudios de servicios ecosistémicos en áreas urbanas. Uno de los logros durante este período fue la realización de un trabajo del que surgieron indicadores de ecosistemas urbanos, lo que causó interés de algunos municipios de América Latina y de Europa.

Con estos aciertos y motivación, Cynamon, decidió realizar el Doctorado en la Universidad de Melbourne, Australia,  trabajando en el Laboratorio de Ecología Urbana de ese país con ecólogos y zoólogos. Hoy lleva un año trabajando en el municipio de la ciudad de Melbourne como ingeniera forestal urbana (Australia cuenta con este título específico) haciendo investigación y aprendiendo a manejar y planificar el recurso a futuro.

¿Cuáles son -según tu experiencia- los nuevos desafíos  para la carrera de ingeniería forestal?

Según mi experiencia,  en Estados Unidos se mantiene algo de la parte forestal pero más ligado a la silvicultura, sobre todo en fisiología de los árboles, en relación a carbono y cambio climático. En tanto, en los países en vía de desarrollo lo que prima es REED (Reducción de Emisiones producidas por la Deforestación y la Degradación Forestal en los países en Desarrollo) relacionado con el protocolo de Kioto y el cambio climático.

Desde mi experiencia, las áreas que son muy fuertes son conservación, ecología de fuego, la parte de comunidades, también inserto en la parte conservación, trabajar con la población para conservar, esta temática es muy fuerte en Florida y en Australia.

El área forestal urbana está tomando fuerza en todos los continentes con todas las personas   que me ha tocado colaborar de Europa, Estados Unidos y Canadá. En Australia está recién empezando desde los municipios, que es una experiencia distinta  ya que en otros países es más fuerte en la parte académica.

¿Cuáles han sido tus aprendizajes fundamentales como ingeniera forestal en el Municipio de Melbourne?

 Lo principal y debido a que en Australia los recursos no son escasos, es relacionarte con la comunidad,  que las personas de distintos estratos sociales,  educacionales y de distintos países tomen conciencia de porqué es importante el recurso forestal en las ciudades.

El desafío es cómo nos planificamos como comunidad para que en un futuro tengamos ciudades sustentables y hacer que la población se sienta partícipe de estas decisiones. Esto, ha sido para mí,  lo más complicado y lo que más he aprendido. Uno tiene una noción de esto en Chile, pero verse enfrentando a acciones para comunicar lo que uno quiere es más complejo y eso ha sido muy interesante.

El otro aprendizaje es trabajar con un grupo multidisciplinario, no sólo tangencialmente sino que el equipo de trabajo directo es multidisciplinario y todas las decisiones se toman en conjunto. El poder  interactuar con el arquitecto, con el paisajista, con el horticultor, de ahí con los periodistas, con la gente que trabaja en sustentabilidad y de ahí con los representantes inmobiliarios, ha sido muy interesante.

 ¿Cuál es el rol de la población en la estrategia de generar ciudades más sostenibles?

De acuerdo a la experiencia que tengo, si no se empodera a la población, si no la hace partícipe, cualquier medida de planificación no va a ser exitosa. En cambio, si uno hace que la gente tome parte tiene mayores posibilidades de éxito. En Melbourne anteriormente se hicieron algunas iniciativas para arbolar aéreas especialmente en riesgo social y en realidad la población no los cuidaba. En este marco, ha sido muy interesante  generar un sentido de pertenencia, un sentido de participación por parte de la comunidad  para desarrollar lo que será el Melbourne del año 2030.

¿Qué podrías vislumbrar como estrategia para el caso de Chile?

Creo que en todo lo que es  capital o grandes ciudades,  está la posibilidad de hacer planificaciones a mediano y largo plazo. Hay que tener  una visión de futuro y hay que empezar a ver lo que va a pasar en 20 años más, es sabido que las ciudades se van a densificar, entonces la pregunta es cómo podemos planificar para otorgarles un ambiente agradable y saludable a los ciudadanos y mejorar el bienestar  general de la población.

En las ciudades más pequeñas o más nuevas (como lo son algunas ciudades que hubo que reconstruir después del terremoto de 2010) existe la posibilidad de ser más innovador y empezar a promover  conceptos más verdes, que la ciudad sea más verde, creando un ambiente más verde e incorporando no sólo arboles, sino infraestructura urbana verde.

¿Qué rol juegan en este sentido el Estado, el gobierno central y los gobiernos locales?

Tiene que partir de un acuerdo respecto de lo que queremos como chilenos para el futuro y eso es a nivel de Estado. Si el Estado comienza  a cambiar su visión de lo que quiere que su país sea en 20 años más, existe la posibilidad de generar estas instancias y que existan recursos. Si el Estado impulsa esta visión, facilita también que la gente en el gobierno regional o a nivel municipal tenga el espacio para ser un poco más innovador. Yo creo que es eso también, de que haya la libertad para que a lo mejor no crear miles de parques forestales, ni  miles de Cerros Santa Lucía o San Cristóbal, sino que también aprovechar las pequeñas oportunidades que existen a nivel de barrio. Creo que en Chile eso es importante, porque está muy arraigado ese sentimiento de barrio.

Pero si desde arriba no hay un cambio en la visión, es difícil que desde abajo se puedan hacer cambios mayores, se van a hacer cambios pequeños pero sin recursos no se podrán hacer cosas importantes.

Por otra parte, hay que aprovechar las instancias que tiene la municipalidad, hay terrenos vacantes que el municipio es dueño, se pueden desarrollar esas áreas, si hay un proyecto inmobiliario grande, hay que pedir -porque es parte dela ley- a esta empresa que refaccione un área que está abandonada; hacer huertos, tratar de desarrollar con pequeños esfuerzos infraestructura  verde. Creo que eso sí se puede hacer, lo que pasa es  que el cambio a nivel cultural, educacional,  tiene que venir de más arriba con una visión más integradora,  para eso es el Estado el que tiene que empezar a cambiar la forma, no se trata como ciudad de crecer por crecer, sin pensar la ciudad que vamos a tener en 20 años más.

¿Respecto del cambio climático, cuál es el camino que debemos emprende desde ahora?

Yo creo que es importante en este momento ver las posibles consecuencias e impactos que puede tener todo lo relacionado con el cambio climático. Si las zonas desérticas se van a volver más desérticas, entonces se necesita desarrollar la ciudad para que provea como de una forma de escape a este desierto intenso que va a haber. Ello, siempre pensando en minimizar los gastos y en tratar de maximizar los beneficios, pensando en que las especies que selecciono me den sombra, ser sensible en el uso del agua, desarrollar infraestructura que permita maximizar el uso del agua, con el objetivo de poder mantener poblaciones en esos sectores, si no va a ser invivible, hay que tomar conciencia de ello. Hay que preocuparse de la huella de carbono y también de la huella del agua. Sobre todo porque se sabe que habrá periodo de sequías que llegan y se quedan por varios años.

 

 

 

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