Entrevista a Guillermo Julio, Doctor en Ciencias Forestales:

"Me preocupa la ausencia de una política pública en un tema relevante como este"

Entrevista al Prof. Guillermo Julio sobre los incendios en la V región

Durante este verano la región de Valparaíso ha sido afectada por dos incendios que han generado conmoción pública, cobrando incluso víctimas fatales: el de Cerro La Cruz en enero, y el de Laguna Verde que se inició los primeros días de marzo. El académico de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Chile e Investigador del Laboratorio de Incendios Forestales de la misma entidad, Dr. Guillermo Julio, se refiere en esta entrevista a los factores que explican un fenómeno que se repite desde hace años.

Durante este año ya ha habido dos incendios importantes en la Quinta Región. ¿A qué podría atribuirse este problema?

La verdad es que la quinta región desde hace mucho tiempo tiene problemas graves durante el verano, y este año además se han presentado casos diferentes. Está por un lado el incendio reciente en el sector de Curauma, Laguna Verde y Quintay, que es propiamente un incendio forestal, y que arrasó alrededor de cuatro mil hectáreas. Y tenemos el otro caso, que ocurrió hace un mes y medio en el cerro La Cruz, en el interfaz urbano rural de los alrededores de Valparaíso y Viña del Mar, donde se quemaron 110 casas y hubo dos muertos. Se trata de dos problemas graves y distintos. En el caso del Cerro La Cruz, es una situación que se produce prácticamente todos los años, cada verano hay incendios forestales graves que penetran en las poblaciones. Y la tragedia de ahora quizá no es la más grave, yo recuerdo por ejemplo el año '‘68, cuando se quemaron 220 casas en la población Gómez Carreño producto de un incendio forestal que se inició por las quebradas y llegó al perímetro urbano. Esta situación es muy complicada y pareciera que las autoridades, la gente responsable del problema, el público, en general todo el mundo no aprendiera las lecciones que les están dejando todos los años.

¿Qué factores influyen en el surgimiento de un incendio de estas características?

En los incendios del interfaz urbano rural concurren muchos factores, hay problemas técnicos, económicos, socioculturales y también de tipo político. Desde el punto de vista técnico, es indudable que no existen suficientes medios para poder actuar con la oportunidad y suficiencia necesaria. CONAF, que es el organismo técnico encargado de esto, hace un esfuerzo enorme para controlar la situación, pero está sobrepasado por la falta de recursos. Y las otras instituciones que colaboran no están bien preparadas en el tema del combate de los incendios forestales ni tampoco en la interfaz urbano rural. Los bomberos hacen un esfuerzo enorme, pero indudablemente no cuentan con el equipamiento suficiente.

Por otro lado tenemos el problema de la población, la gente cada vez más se va instalando en los bordes de las ciudades, construye de muy mala manera y sin ningún tipo de regulaciones, casas de material ligero pegadas al sector rural, rodeado de matorrales y arbolado. Cuando se inicia un incendio el fuego corre por las poblaciones y por las quebradas como si fuera parte del bosque, o sea el comportamiento es típicamente el de un incendio forestal. Aquí está el problema de por qué la gente construye en estos lugares, si existen problemas de seguridad gravísimos. Uno se pregunta si existen planos reguladores o no, y si existen, por qué no se cumplen, por qué no se asignan recursos suficientes para poder defender a las poblaciones de esta situación. A esto se agrega la falencia de la legislación en materia forestal respecto al tema de los incendios forestales. Pero definitivamente este problema continúa todos los años porque pareciera que tenemos una incapacidad enorme de tomar decisiones en materia de políticas públicas en temas relevantes como este. Siempre está la disculpa de que hay otras prioridades, pero este tema que es gravísimo, sigue igual desde hace ya varias décadas.

¿Y en el caso del incendio de Laguna Verde?

Aquí la situación es absolutamente distinta a la del interfaz urbano rural. Se trata de un terreno muy agreste, con una topografía muy difícil, con falta de caminos, difícil accesibilidad, en donde evidentemente el problema es fundamentalmente técnico y de disponibilidad de recursos para poder enfrentar con la capacidad necesaria y oportunamente la situación. En esta zona hay una vegetación muy densa, y normalmente se presentan condiciones meteorológicas difíciles, con vientos muy fuertes, que hacen que el fuego adquiera un comportamiento muy crítico y sea tremendamente difícil establecer líneas de control para detener la propagación. Para controlar incendios de esta naturaleza, la única posibilidad es profundizar los programas de prevención, y también disponer de mecanismos de alerta y de movilización muy rápidos y con suficientes recursos para parar los focos iniciales a la brevedad posible. Esto es fundamental. Los incendios que no se logran controlar rápido, por lo general se transforman en conflictivos y el daño pasa a ser considerablemente mayor.

¿Cuán pronto habría que detectar un incendio para alcanzar a atacarlo antes de que se haga inmanejable?

La superficie que va afectando la propagación un incendio, va aumentando en forma exponencial en relación al tiempo que transcurre. Es decir, si la primera hora se ha quemado una superficie de 1, en la segunda hora puede llevar 3, en la tercera 9, y así sucesivamente. De ahí entonces la importancia de poder detectar estos incendios ojalá en forma instantánea, y disponer de recursos para combatirlos antes de la media hora de su inicio. O si no, especialmente en zonas como las de Laguna Verde, lo más probable es que se transforme en un conflicto como el que acabamos de ver.

¿En que consistiría un mejor equipamiento para CONAF?

Por ejemplo en recursos para la detección, como equipos de monitoreo, torres de control u otros mecanismos para detectar los incendios oportunamente. Son insuficientes las brigadas que existen, y en general todo el equipamiento de máquinas y herramientas. De acuerdo a las estimaciones que nosotros hemos hecho, CONAF debería tener un presupuesto por lo menos del doble del que actualmente tiene, para poder afrontar adecuadamente el problema de la detección de los incendios forestales. Tres aviones cisternas para todo Chile – que es lo que tiene CONAF - es absolutamente insuficiente. Por otra parte, el presupuesto, que ya es insuficiente, se destina en alrededor de un 95% a la detección y el combate, quedando solamente un 5% para la realización de actividades de gran importancia, como son la prevención, la asistencia técnica y la investigación, con lo cual se restringe seriamente el progreso de la protección.

¿Cuáles son las deficiencias en materia de legislación?

Chile, a pesar del desarrollo forestal que tiene, en materia de incendios forestales posee una de las legislaciones más precarias y poco modernas de Latinoamérica. Países como Argentina, México y Brasil tienen una legislación para afrontar las tareas de protección mucho más avanzada, moderna y amplia que la nuestra. Entonces ahí hay una falencia seria. También está el problema institucional. Afecta el hecho de que CONAF todavía sigue siendo una corporación de derecho privado, con una tarea pública notable, lo que implica una serie de restricciones. CONAF asume por ley la tarea de proteger a los pequeños propietarios que no tienen la capacidad económica para sostener programas de protección, pero ocurre que hay un estrato muy grande de empresas medianas o mayores que simplemente no aportan absolutamente nada para proteger sus terrenos. Y siempre están esperando que CONAF acuda a protegerlos o bien se aprovechan de las grandes empresas que van a apagar otros incendios para evitar que se les quemen sus propios predios. Entonces aquí hay un estrato enorme que no está contribuyendo, y que indudablemente debiera exigírsele que lo hiciera, pero no hay una legislación que obligue a esto.

¿Cómo operan los programas de protección privados?

Hay dos tipos de programas de protección de los incendios forestales en Chile, el de CONAF y el de las grandes empresas forestales, que funcionan mejor. Esto se demuestra por el hecho de que el sector privado, el de las grandes empresas, contribuye con alrededor del 70 % del financiamiento de las operaciones de manejo del fuego de todo Chile. Esto, en circunstancias de que la superficie que les corresponde proteger equivale a cerca de un 10% de la que está bajo la responsabilidad de CONAF. En las zonas donde existe una baja presencia de grandes empresas forestales, como Aysén, Magallanes, Chiloé y la precordillera andina, se observa una enorme falencia de medios para la prevención y el combate. También en sectores de la Cordillera de la Costa, como el caso de Cerro Verde en la Región de Valparaíso. Es evidente que a CONAF, en tales condiciones, no se le puede pedir más, por su débil apoyo institucional, bajo presupuesto, y una legislación que no le ayuda mucho.

¿Cuales son las principales causas de los incendios?
La intencionalidad está creciendo violentamente. Cada vez hay una mayor proporción de incendios intencionales, y este un fenómeno que no sólo está ocurriendo en Chile sino en todo el mundo, por diversos fenómenos. Hay problemas de tipo político: el incendio forestal es una muy efectiva forma de hacer sabotaje. Otro factor es la piromanía, que se incrementa con el nivel de desarrollo, al aumentar las enfermedades mentales. Nosotros estimamos que el 40 por ciento de los incendios actuales se inicia en forma premeditada, y el otro 60 por ciento es por negligencias. Los incendios por causas naturales se reducen a menos del 0,1 por ciento.

 


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