Cecilia Briceño, estudiante de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile, presentó y defendió su memoria de título titulada "Caracterización y evaluación del efecto post incendio en un bosque de Nothofagus Pumilio (Poepp. Et Endl.) Krasser en Tierra del Fuego, Región de Magallanes". Bajo la guía del académico Gustavo Cruz, y ante una comisión evaluadora integrada por la senadora universitaria Prof. Carmen Luz de la Maza, el académico Andrés Plaza y el académico Ricardo Baettig, Briceño logró su titulación como Ingeniera Forestal, abordando una problemática crucial para la conservación de los bosques patagónicos: los incendios forestales.
El trabajo de Briceño se enfocó en los efectos de los incendios en los bosques de Nothofagus Pumilio, más conocida como lenga, una especie particularmente vulnerable a los incendios debido a su falta de estrategias regenerativas. Dado el aumento en la frecuencia e intensidad de los incendios en la región de Tierra del Fuego, resulta vital comprender la respuesta de estos ecosistemas frente al fuego y los cambios en su estructura y biodiversidad.
Durante su investigación, Cecilia Briceño instaló nueve parcelas permanentes en áreas quemadas de distintos niveles de severidad dentro del predio Lote 2A de Forestal Russfin Limitada, en Timaukel, Tierra del Fuego. Allí, analizó variables estructurales como el área basal, volumen, y existencia de necromasa. Asimismo, estudió la regeneración de la lenga y la composición florística del sotobosque, con especial atención a la riqueza y diversidad de especies arbustivas y herbáceas.
Los resultados de su estudio revelaron que el incendio tuvo un efecto negativo significativo sobre las variables estructurales del bosque, en especial sobre el área basal y el volumen de la madera. Sin embargo, la regeneración de Nothofagus pumilio se habría visto facilitada por la eliminación de la cobertura de gramíneas, lo que permite un espacio más abierto para el crecimiento de plántulas. Este fenómeno sugiere una posible oportunidad para la recuperación, aunque el proceso de establecimiento de nuevas especies aún no ha culminado, tras un año desde el incendio.
En términos de biodiversidad, la composición del sotobosque se vio alterada, incluyendo la aparición de un nuevo estrato de hojarasca proveniente de Berberis ilicifolia. Además, la diversidad de especies arbustivas y herbáceas en el área afectada sigue mostrando cambios importantes, destacando la necesidad de continuar investigando los efectos a largo plazo.
Esta memoria no solo contribuye al conocimiento de los efectos de los incendios en los ecosistemas patagónicos, sino que también ofrece un marco relevante para la recuperación y manejo sostenible de las cuencas afectadas.