La respiración del suelo, un fenómeno crucial en el intercambio de dióxido de carbono (CO2) entre la tierra y la atmósfera, se ha convertido en un indicador vital de la salud del ecosistema. La relevancia de este estudio titulado "Efecto de la fertilización nitrogenada en la respiración del suelo bajo bosquetes degradados de Nothofagus glauca en el Maule", realizado en la Estación Experimental Pantanillos, radica en su enfoque específico en bosques degradados de hualo, donde la información sobre la fertilización nitrogenada es limitada en el contexto chileno. Así, este tipo de fertilizantes presentan altos componentes de nitrógeno o de sus derivados para apoyar el crecimiento de las plantas.
El objetivo principal, detalla la investigación guiada por el profesor y Director de Investigación de la FCFCN, Juan Pablo Fuentes, fue evaluar los efectos a corto plazo de la fertilización nitrogenada sobre la respiración del suelo, así como la concentración de carbono y nitrógeno en el suelo y la hojarasca. La fertilización nitrogenada se utilizó como una herramienta para mejorar la productividad primaria del ecosistema, proporcionando un nutriente esencial que se ha perdido debido a la degradación histórica de los bosquetes en estudio.
De acuerdo al estudio, en las parcelas fertilizadas y no fertilizadas con nitrógeno, se aplicaron cantidades específicas de urea (un tipo de fertilizante nitrogenado), y los flujos de CO2 se midieron temporalmente con un analizador de gases infrarrojo. Los resultados revelaron que, en términos de respiración del suelo, no se observaron diferencias significativas entre los tratamientos. Sin embargo, las concentraciones de carbono en la hojarasca mostraron consistencia entre tratamientos, mientras que las concentraciones de nitrógeno evidenciaron diferencias significativas.
Además, de los resultados de la investigación se desprende que “los individuos presentes en las parcelas fertilizadas absorbieron el nitrógeno perteneciente al fertilizante utilizado. Esto puede implicar que, a largo plazo, el crecimiento, la biomasa y la productividad del ecosistema aumenten”.
En cuanto a las variables del suelo “se evidencia una tendencia de disminución del pH del suelo posterior a la fertilización que, si bien no es significativa, podría generar, dado los valores de pH reportados, problemas de acidificación, tales como la limitación en la absorción y pérdida de algunos nutrientes, siendo estos calcio, magnesio, sodio y potasio, nutrientes esenciales del suelo. Además, la acidificación del suelo puede provocar un aumento en la disponibilidad de metales tóxicos para las plantas como el aluminio”, detalla la indagación de la nueva Ingeniera Forestal, Imara Malverde
Los hallazgos de este estudio proporcionan un aporte para futuras investigaciones a largo plazo. La continuidad de esta investigación es esencial para analizar las respuestas del ecosistema a la fertilización nitrogenada, para así considerarla como una medida potencial para la restauración de los bosques de Nothofagus glauca, dada la actual degradación de estos bosques.