Protección de especies endémicas

Palma chilena y Roble de Santiago cuentan con clasificación legal para su conservación

Palma y Roble cuentan con clasificación legal para su conservación

La clasificación de las especies según su estado de conservación, de acuerdo al registro del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), permite evaluar la amenaza a la biodiversidad y, con ello, tomar medidas concretas para su protección priorizando recursos y esfuerzos, desarrollando planes de manejo y de políticas públicas, tomando en cuenta la planificación territorial y de inversión.

Valeria Pinto, Daniel Burguer y Macarena Villalobos cursaban el ramo de “Formulación y evaluación de proyectos de conservación y protección”, en su último año de carrera, cuando decidieron recopilar antecedentes sobre el Roble de Santiago, los mismos que un tiempo después utilizarían para participar en el 16° Proceso de Clasificación de Especies Silvestres, donde el Ministerio del Medio Ambiente, a través de un comité de expertos, recibe la ficha de postulación para la categorización de una especie.

“Para nosotros era súper importante el tema de la categoría para el Roble porque es una especie que es la representante de su familia en la zona central, es una especie septentrional. Que esté disminuida su población es preocupante. Además, veíamos que no había regeneración”, señaló Valeria Pinto sobre la motivación de su grupo a postular este endémico árbol a la categorización oficial del MMA.

El Roble de Santiago, cuyo nombre científico es Nothofagus macrocarpa, fue declarado como “Especie Vulnerable”, de acuerdo al Proceso de Clasificación de Especies Silvestres, aprobado por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad, tras su postulación realizada de acuerdo al Reglamento de Clasificación de Especies (RCE) del MMA.

Esta especie, que puede alcanzar los 25 metros de altura, se encuentra principalmente en la Zona Central de Chile, entre las regiones V, Metropolitana y VI. Específicamente, se puede encontrar poblaciones de esta especie en el Cerro El Roble y el Parque Nacional Cerro La Campana, entre otros santuarios y reservas aledañas.

De acuerdo con Valeria Pinto, la principal amenaza al Roble de Santiago, es la poca regeneración que tenía, producto del cambio climático y mega sequía que afecta a nuestro país y a la acción humana al extraer leña y carbón; esto ha llevado a un envejecimiento de las poblaciones de Roble de Santiago.

“Existen problemas de conservación muy específicos para esta especie: las poblaciones están muy aisladas entre sí, la regeneración y el desconocimiento sobre esta especie en particular. Es necesario educar a las poblaciones aledañas sobre el valor que tienen estas especies dentro de la riqueza natural de nuestro país. Sobre todo, en la Región de Valparaíso. Hacer partícipe a la gente de los alrededores, que son los más cercanos, a su conservación. Hacer visible el problema, porque se desconoce si saben del problema”, enfatizó Valeria Pinto.

Palma chilena ahora está “en peligro”

Ítalo Pérez y Diego Valencia, Ingenieros Forestales de nuestra Escuela, trabajaban en la Gerencia de Áreas Protegidas de la CONAF, en la Sección de Monitoreo e Información del SNASPE, cuando estaban cambiando la metodología de planificación para las áreas protegidas, que implicase mayor participación de los actores que interactúan en las zonas de conservación.

En ese contexto, explicó Ítalo Pérez, “se actualizó el Plan de Manejo del Parque Nacional La Campana, donde uno de los objetos de conservación es la palma chilena, la que estaba clasificada como vulnerable. En ese proceso generamos datos que permitieron justificar su reclasificación a 'En Peligro'”.

Entre CONAF, el Departamento de Áreas Protegidas Regional de Valparaíso y la Administración del Parque Nacional La Campana, y la ONG Centro Ecosocial Latinoamericano, diseñaron un muestreo que permitió ver que el mejor palmar existente, no había una regeneración natural, las nuevas palmas no lograban desarrollarse en altura, lo que significó una alerta para el equipo de investigadores.

La Palma chilena, Jubaea chilensis, es una especie de lento crecimiento. Se estima que podrían pasar 40 años para que empiece a crecer en altura y durante ese tiempo está expuesta a varias amenazas. “A los 5 años empieza recién a engrosar el tronco, antes es solo una hojita que está en peligro que la vea un conejo, una vaca, un incendio. Si es que nadie sacó el coquito, su semilla, para que pudiese germinar como planta”, advirtió Pérez.

El hábitat natural de esta representativa especie chilena se encuentra entre las Regiones de Coquimbo y Maule. “Los estudios que se han hecho hasta ahora muestran que solo 7 de 12 localidades tiene más de 1.000 individuos”, comentó Ítalo Pérez, quien junto al equipo de profesionales está a la espera del proceso de validación del Plan de Conservación de la Palma Chilena, realizado durante el año 2018 y que identificó varias estrategias a nivel país para su implementación.

Para poder germinar, la Palma chilena es albergada por especies del bosque esclerófilo que actúan como plantas nodriza, pero la mega sequía que afecta a nuestro país está debilitando esta función tan importante que cumplen litres, espinos, boldos, peumos, quillayes, entre otros árboles.

Dentro de las otras amenazas a la Palma chilena podemos encontrar que el ganado doméstico logra ingresar a los palmares y consumir las plantas que han podido germinar; la extracción de agua para consumo doméstico, agrícola o turístico que también debilita al bosque esclerófilo; la sequía y los incendios forestales que afectan tanto al hábitat de este árbol como a los individuos jóvenes que no tienen resistencia al fuego; extracción de las semillas conocidas como “coquitos” para la venta o consumo; herbivoría sobre las plántulas de especies exóticas invasoras; y la expansión urbana y deforestación.

“Se ha visto cambios de uso de suelo en los últimos 30 años analizados a través de imágenes satelitales que demuestran que los palmares han sufrido sustitución por industrias inmobiliarias y agrícolas”, advirtió Ítalo Pérez, mencionando también que antes se cortaban individuos para extraer miel de palma, pero que esa práctica estaría regulada, y que la reducción acelerada del tamaño de su población ha hecho que ahora pueda estar reclasificada como en peligro de extinción en estado silvestre y con alta probabilidad de desaparecer en el mediano plazo.

Publicación en el Diario Oficial

La categorización de especies aún se considera un proceso incipiente. Sin embargo, es una herramienta legal para poder tomar medidas de conservación concretas para la protección de las especies, permitiendo diseñar e implementar estrategias y planes de manejo a nivel país. Aún quedan muchas especies por clasificar en Chile.

“Invitamos a la comunidad de la Facultad a sumarse a estas iniciativas. Solo se requiere voluntad, disposición y profesionalismo para recopilar la información. A un trabajo para un ramo, por ejemplo, podemos darle más valor y convertirlo en un cambio ambiental significativo para el patrimonio natural de nuestro país, como sucedió con nuestro equipo”, afirmó entusiasta Valeria Pinto.

Ítalo Pérez, por su parte, destacó que “el cambio de categoría de la Palma chilena se debe a un riguroso trabajo realizado por representantes de diferentes organizaciones afines y el proceso realizado demuestra que el conocimiento científico, generado por diversos actores de la sociedad, es clave para la protección efectiva de la biodiversidad”.

Debido a la pandemia que tiene al mundo entero bajo estrictas medidas sanitarias, se han retrasado algunos procesos administrativos. Aún falta que se publique el decreto firmado por el Presidente de la República en el Diario Oficial, donde se declara la categorización de las especies de acuerdo al 16° Proceso del MMA, sin embargo, ambos equipos fueron notificados que sus solicitudes fueron aprobadas y que el trabajo que realizaron tendrá sus frutos con medidas concretas para la conservación del Roble de Santiago y de la Palma Chilena.

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